Puede que al fotografiar la naturaleza intente, en cierto modo, detener la destrucción salvaje a la que sometemos nuestro planeta. Sin embargo, solo logro capturar una pequeña fracción de la luz que llega a la Tierra en una superficie tan diminuta como una moneda al apretar el obturador de mi cámara.
Con los años, he llegado a la conclusión de que disfruto más del proceso de aprendizaje que me exige la fotografía que del resultado final de la foto. Esto deja claro que no me considero un gran fotógrafo. Cada paso en la fotografía requiere un esfuerzo adicional, pero siempre resulta gratificante, ya sea por las personas que conoces, la nueva lectura que te abre un mundo diferente o simplemente por el tiempo dedicado a algo que te interesa.
A veces, el objetivo resulta todo un desafío o se encuentra fuera de los límites alcanzables, pero la recompensa llega al aprender algo nuevo sobre una especie, un lugar, una persona, etc. Paso más tiempo recorriendo y explorando lugares, intentando comprender lo que veo, que tomando fotos.
Muchas veces, no encuentro el significado de las cosas. Quizás todo es demasiado complejo para mi mente, o mis sentidos están saturados con tantos estímulos y tareas del día a día. Sé que tengo poco en común con el resto de las especies que me rodean, y que cuando llega la noche, debo buscar refugio, pues no cuento con sus superpoderes.
Siento que podría pasar cientos de vidas repitiendo este proceso y aún así no sería capaz de comprender completamente lo que veo. Pero poder detener lo que sucede y verlo en una imagen, me permite reflexionar con detenimiento y disfrutar de la belleza que se muestra en la naturaleza. Incluso lo abiótico es hermoso cuando lo observas con curiosidad.
Vivir con la curiosidad que teníamos en nuestra infancia me permite disfrutar de muchos momentos. Manejar una cámara, conociendo sus limitaciones, me permite demostrar mi incapacidad para capturar plenamente la belleza que nos rodea y que, muchas veces, no apreciamos.
Si alguna de mis imágenes logra que te detengas a pensar con curiosidad, ya me sentiré satisfecho. Si en algún momento te hago sentir alguna emoción, házmelo saber para alegrarme y apreciar un poco más esa fotografía.
Sé que nunca podré transmitir con una fotografía todo lo que sentí en ese momento ni mostrar completamente aquello que vi. Solo aspiro a generar un recuerdo de lo que sucedió en ese instante, con una presencia inocente, humilde y sincera.