Ingeniero agrónomo de formación y naturalista de vocación. Amante irredimible del Prepirineo olvidado, donde disfruto de sus caminos y su silencio. Fruto de ello recibí en 2006 un premio Félix de Azara, gracias al cual vio la luz mi libro "Las pardinas del río Asabón. Crónicas de un mundo olvidado".
Con la cámara y con mayor o menor fortuna, trato de reflejar mis andanzas y la visión de todo aquello que me sorprende.